La prostitución de OnlyFans empieza por Instagram

Este jueves el auditorio CaixaForum acoge el III Congreso Internacional sobre trata de seres humanos, organizado por la asociación Betania e inaugurado por la reina Doña Sofía. De la relación entre pornografía, prostitución y trata de personas hablamos con José Luis García, doctor en Psicología y especialista en sexología y pornografía, que advierte de cómo este fenómeno puede empezar en Instagram para acabar en OnlyFans. 

¿Qué se está percibiendo en las consultas de terapeutas y psicólogos sobre el fenómeno de la pornografía? 

Hay que decir que el alcoholismo o el tabaquismo parecen normalizados, pero todavía se ve mal que un hombre diga públicamente que es adicto al porno, y sabemos que el porno tiene un efecto mayor que el de que cualquier otra droga, porque es gratis, excita y da placer sexual.  

Nos vamos a encontrar en los próximos años con un montón de trastornos y de problemas de conducta que tienen que ver con el consumo de pornografía, por ejemplo pedófilos y pederastas. Hay millones de vídeos porno donde se exhibe, se promueve y se facilitan esos vídeos de pedófilos. Y violencia también, violencia en el contexto sexual también. 

Esto afecta mucho a los jóvenes… 

Para hacernos una idea del problema: el 95 % de los jóvenes españoles consume pornografía. No es que la busquen, que también, sino que es que la industria del porno, muy poderosa, la que va a buscarlos porque es muy fácil engancharles. Donde quiera que haya un móvil con acceso a internet, ahí está el porno. 

Y también hay que saber que el 90 % de los videos que ven nuestros menores tienen que ver con la violencia sexual real. Por eso me parece que es un problema muy serio que nuestros chicos y chicas estén masturbando, sintiendo placer con estímulos de violencia sexual. Eso trasladan a su vida sexual y nos estamos encontrando con niñas que son víctimas de situaciones de violencia, a veces extrema, como la estrangulación. De esto no se habla…  

¿Qué relación tiene con la prostitución? Porque a simple vista podría parecer que si se consume pornografía en el móvil eso disminuiría incluso la necesidad de acudir a ella. 

Hay millones de vídeos sobre el guión de la prostitución. Es muy común encontrar vídeos donde los hombres consiguen sexo a través de dinero. En segundo lugar, cuando uno entra en una página web porno, hay muchísimos anuncios de prostitución: antes, durante y después del vídeo. Y, en tercer lugar, la mayoría de los hombres que consumen de forma abusiva pornografía van a acabar siendo consumidores de prostitución, porque llegan a un punto en el que ciertos estímulos sexuales no les excitan y van a querer más.  

No hay que olvidar tampoco que muchas chicas explotadas sexualmente para estar en la calle ahora lo son para estar grabándose en pisos, ¿no?  

Son nuevas formas de prostitución. Por ejemplo, en OnlyFans, que es una plataforma con un éxito extraordinario, multitud de chicas explotan su cuerpo a cambio de suscripciones de hombres de cualquier parte del mundo. Son nuevas maneras de prostitución que derivan de la evolución tecnológica. 

Relacionado con esto, en Instagram, que una red social de mucho éxito también, hay miles y miles de niñas de 10 y 12 años que aprenden que enseñando un poco d e pecho y culo, tienen seguidores, tienen likes, son reconocidas, son populares. Y al lado está OnlyFans, en la que haciendo esto y un poquito más, ganas mucho dinero. Alrededor hay un montón de marketing, los medios de comunicación dedican espacio a promocionar esto y decir que esta mujer o esta otra ganan no sé cuántos millones en OnlyFans. Es muy probable que en el futuro tengamos otro problema: niñas que se meten en esta industria en la que es muy fácil entrar, pero luego es muy difícil salir. 

Y detrás de todo esto está también la trata de personas. 

Es, digamos, si se me permite la expresión, carne fresca que hay que ofrecer todos los días a los clientes. Eso vale para la prostitución y para la pornografía. Sabemos que la trata tiene que ver con muchas chicas que son explotadas, que son vulnerables y que entran dentro de esta dinámica de control y de explotación de la que luego es muy difícil salir.