Un modo distinto de contar lo que vivimos
En una época de hiperconexión, la Iglesia en Madrid propone comunicar con el corazón, cuidando el lenguaje y los tiempos
La comunicación en la Iglesia es mucho más que una herramienta: es un servicio al conjunto de la diócesis, a la comunidad cristiana y a la sociedad en la que vivimos. Nuestro tiempo está marcado por la rapidez, la inmediatez y la fragmentación del mensaje, pero también por una necesidad profunda de verdad y de esperanza. En ese contexto, la archidiócesis de Madrid quiere que su comunicación sea testimonio, ofreciendo un modo distinto de contar lo que vivimos: una comunicación que no solo conecta, sino que comparte y cuida.
En este inicio de curso pastoral, conviene recordar que la comunicación diocesana no es solo un cauce para dar a conocer actividades, sino un espacio de encuentro y de identidad. La Iglesia en Madrid busca tender puentes y fomentar la unidad. La comunicación se convierte así en una herramienta esencial para hacer presente el Evangelio en medio de la ciudad, entre nuestros vecinos… no desde la confrontación ni desde la búsqueda de impacto inmediato, sino desde el testimonio.
Así, en la carta pastoral para el inicio de este curso, resuena la invitación del arzobispo a vivir la diocesaneidad: antes que contemplar acciones o proyectos, necesitamos tener la mirada puesta en la misión; evangelizar es la razón misma de ser de la Iglesia. Sabemos que el corazón que la mueve es el mismo Cristo que nos ha convocado en comunidad de hermanos al servicio del Reino de Dios. Esa experiencia de «mirar juntos» significa reconocer que somos llamados personalmente, «vocacionados» a diferentes servicios, pero a una misma y única misión, que siempre tiene naturaleza comunitaria. La comunidad es un rasgo de identidad de la misión y condición esencial para su credibilidad: «Que sean uno para que el mundo crea».
Estas palabras son también una hoja de ruta para la comunicación eclesial. El trabajo comunicativo de la diócesis no tiene sentido si no refuerza la identidad compartida, si no ayuda a vivir en comunión y si no ofrece a la sociedad un testimonio creíble. La comunicación al servicio de la diócesis busca hacer visible la misión común, dar rostro a la vida de las parroquias, comunidades, familias, colegios y tantos miembros comprometidos que día a día sostienen el anuncio del Evangelio en Madrid. Comunicar es visibilizar esa red de vida y misión que sostiene a la Iglesia local. Porque comunicar no es solo conectar, sino compartir y cuidar. En una época de hiperconexión, corremos el riesgo de quedarnos atrapados en el exceso de información, en la inmediatez y en el ruido. La propuesta de la Iglesia es distinta: comunicar con el corazón, poner a las personas en el centro, cuidar el lenguaje y los tiempos, cultivar la verdad con caridad. Comunicar, para nosotros, es parte de la misión: es anunciar, acompañar y cuidar. Que cada palabra compartida sea semilla de comunión y cada gesto comunicativo, un signo de esperanza.