Hans Zollner, experto en abusos, pone nota a la postura del Papa León XIV

En la cuestión de los abusos en el seno de la Iglesia, el Papa León XIV ha demostrado «autenticidad». Así lo asegura el jesuita Hans Zollner, uno de los mayores expertos de la Iglesia en esta cuestión. En una entrevista a la publicación estadounidense Crux, valora positivamente el contenido de la conversación que el Santo Padre mantuvo con su periodista Elise Ann Allen para la biografía León XIV. Ciudadano del mundo. Misionero del siglo XXI. 

El Pontífice «es una persona muy auténtica que no solo es consciente en toda su extensión de la crisis de abusos», afirma Zollner. «También hace todo en su poder para asegurar que estos se investigan en todas sus formas, se afrontan y se previenen de forma efectiva de forma apropiada, profesional, diferenciada y diligente».

Reconocimiento a los expertos

En la conversación, el Santo Padre pedía «sensibilidad auténtica y profunda y compasión» hacia las víctimas. En este sentido, afirmaba que los trabajadores de la Iglesia podían necesitar la ayuda de profesionales para saber acompañarlas mejor. Según el que fue miembro fundador de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, estas palabras hicieron que quienes trabajan en la salvaguarda de los fieles frente a los abusos se sintieran «validados positivamente». 

El director del Instituto de Antropología de la Pontificia Universidad Gregoriana aplaude, entre otras cosas, las palabras de León XIV «sobre cómo lidiar con los perpetradores de forma consistente con la enseñanza moral cristiana». Esto es, «sin enfrentar entre sí el castigo, la expiación, la penitencia y el perdón». 

Falsas acusaciones

Pero al mismo tiempo, advertía del peligro de las falsas acusaciones y afirmaba que se debía proteger el derecho de los acusados a un proceso debido. El jesuita alemán afirma entender por qué algunas víctimas se estremecen al oír estas ideas. 

Aun así, cree que León XIV tenía razón al ponerlo sobre la mesa. En el pasado, «las víctimas aprendían por las malas que con demasiada frecuencia sus derechos no contaban nada y los de los acusados contaban todo». 

Aunque esto es motivo de dolor para ellas, hoy las cosas han evolucionado. «A pesar de algunos reveses, las medidas tomadas para investigar y lidiar con los casos han mostrado repetidamente que la Iglesia va en serio sobre cambiar su comportamiento anterior, reconociendo a las víctimas y haciéndoles justicia». De esta manera, «ahora es posible y necesario considerar más cómo los derechos de las víctimas y de los acusados se relacionan entre sí y cómo se pueden equilibrar».

El Pontífice insistía asimismo en que la Iglesia no debe dejarse consumir totalmente por los escándalos. «Eso no sería una respuesta auténtica a lo que el mundo busca en términos de la necesidad de la misión de la Iglesia», opinaba el Santo Padre. «Siempre existe el riesgo de hacer demasiado o demasiado poco», apunta. «Por supuesto, la Iglesia es mucho más que un espacio donde abordar los abusos. Y abordarlos es mucho más que una cuestión marginal para la Iglesia».