Cáritas: La «ciudad humanitaria» de Gaza «convierte una vez más la ayuda en arma»

Cáritas: La «ciudad humanitaria» de Gaza «convierte una vez más la ayuda en arma»

El director de Cáritas Jerusalén, Anton Asfar, denuncia que la nueva iniciativa del Ejército israelí «es otro intento de mover al sur a una cantidad significativa de personas»

María Martínez López
Gazatíes buscan restos de ayuda de la GHF el 5 de junio en Rafah.
Gazatíes buscan restos de ayuda de la GHF el 5 de junio en Rafah. Foto: Reuters / Stringer.

Cáritas está «totalmente en contra» de la propuesta del Gobierno israelí de crear una supuesta «ciudad humanitaria» en las ruinas de Rafah para alojar allí a gazatíes y supuestamente protegerlos del conflicto. «Es otro intento de mover al sur a una cantidad significativa de personas, que ya se han visto desplazadas muchas veces», denuncia a Alfa y Omega Anton Asfar, director de Cáritas Jerusalén.

Se refiere al mandato de crear una «zona humanitaria» en Rafah que el 7 de julio dio el ministro de Defensa, Israel Katz, al Ejército. Su intención inicial es movilizar a unos 600.000 palestinos a los restos de esta devastada ciudad, próxima a la frontera con Egipto. Después el desplazamiento forzoso se podría extender a toda la población.

La cadena 12 de la televisión israelí desveló además que Tel Aviv obligaría a los gazatíes a desplazarse concentrando la mayor parte de ayuda humanitaria (comida, medicinas, combustible) en esta zona. Esto hace necesario acudir allí para conseguirla.

La propuesta implica «convertir en arma una vez más la ayuda humanitaria y utilizar la comida para fines políticos». Asfar alude, sin mencionarlas, a las acusaciones de ONG y de las Iglesias de que los puntos de reparto de ayuda de la polémica Gaza Humanitarian Foundation (GHF) también buscan este objetivo. Por ejemplo, el grupo ecuménico Una Voz de Jerusalén por la Justicia planteó a comienzos de junio si esta forma de ayudar «podría llevar a otro intento de limpiar étnicamente la Franja» hasta «empujar a la población más allá de sus fronteras».

Además, el reparto de la ayuda «no llega a los más vulnerables, especialmente niños, mujeres y ancianos». Por ello, «todo el sector de la ayuda humanitaria está en contra de estas iniciativas que deshumanizan y ofrecen comida y suministros de forma indigna». 

«Campos de concentración»

Así, el 11 de julio la la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) afirmó en su canal de la red social X que el plan «crearía de facto campos de concentración masivos». El proyecto «empujará a decenas de miles de personas que ya han sido desplazadas muchas, muchas veces durante esta guerra. Pero también por generaciones, les empujará más al sur y, de allí, a lo desconocido», dijo además en una entrevista con la cadena catarí Al Jazeera la directora de comunicación de UNRWA, Juliette Touma.

También el portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Thameen Al-Kheetan, rechazó la iniciativa. «La creación de una ciudad humanitaria de este tipo es problemática en sí misma y suscita preocupación de que se produzcan más desplazamientos forzosos», ha afirmado. 

Su departamento teme que lleve además a «mayor riesgo de detención arbitraria» de hombres y mujeres de ciertos grupos de edad, a desapariciones, separación de familias y pérdida de la libertad de movimiento. Todas estas amenazas se suman al hecho mismo de que cientos de miles de personas estarían hacinadas en una pequeña zona, donde sería muy difícil la distribución de ayuda humanitaria de forma independiente.

La acusación de crear «campos de concentración» la comparte el ex primer ministro de Israel Ehud Olmert. En una entrevista a The Guardian, el político respondió que el supuesto enclave humanitario «es un campo de concentración. Lo siento». En la misma línea, señaló que «si los palestinos son deportados» allí «podrán decir que esto forma parte de una limpieza étnica». 

Fuentes gazatíes han declarado a EFE que temen que los primeros 600.000 desplazados que acabarían en Rafah serían los situados en la zona costera de Mawasi. Allí han estado llegando en los últimos días gran cantidad de personas obligadas a abandonar «por su seguridad» la zona de Jan Yunis debido a la incursión de las tropas israelíes. Sin embargo, también Mawasi es bombardeada casi a diario.