El suicidio se evita «comprendiendo bien sus causas»  - Alfa y Omega

El suicidio se evita «comprendiendo bien sus causas» 

En España es la primera causa de muerte no natural y está haciendo estragos entre los jóvenes. «Hay que procurar que la gente pueda ser escuchada y se dé cuenta de que no está sola, de que hay soluciones», afirma el doctor Enrique Aubá, de la CUN

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
El 90 % de quienes cometen suicidio lo verbalizan antes. Foto: Freepik.
El 90 % de quienes cometen suicidio lo verbalizan antes. Foto: Freepik.

Cada 10 de septiembre se celebra en el todo el mundo el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, una causa de muerte no natural evitable y por tanto susceptible de actuaciones para reducir su aparición. Se estima que en el mundo fallecen por suicidio unas 800.000 personas al año. En España está a la cabeza en la lista de causas de muerte no natural. Además, afecta a cada vez más adolescentes y jóvenes, ya que en Europa es la primera causa de muerte en la franja entre 12 y 29 años

«Estamos ante un problema de salud pública», afirma el doctor Enrique Aubá, especialista del departamento de Psiquiatría de la Clínica Universitaria de Navarra en un vídeo difundido por la propia institución. En su opinión, hay buenas razones para pensar que con una buena coordinación de los recursos «deberíamos ser capaces de reducirlo». Pero para ello, antes «debemos comprender bien sus causas próximas lejanas y actuar sobre ellas». 

El suicidio es un fenómeno «multicausal y multifactorial», asegura. Menciona elementos como «vulnerabilidad personal, baja tolerancia a la frustración, adicciones digitales, cambios en el paradigma de valores, desestructuración de la familia, soledad no deseada o pertenencia a grupos marginados o desfavorecidos», dice el doctor de la Clínica Universitaria de Navarra. 

Otro factor sería el de los trastornos mentales, pues se estima de hecho que únicamente un 10 % de las personas que se suicidan no tienen algún tipo de trastorno mental o algún tipo de alteración mental transitoria. Por eso hay que prestar atención a «cuadros depresivos, esquizofrenia, trastorno bipolar o de personalidad»; sin olvidar cuestiones como antecedentes familiares o incluso una cierta «propensión genética». Junto a ello, «estados afectivos negativos, situaciones de dificultad económica, pérdidas de trabajo o conflictos familiares» pueden estar detrás de este fenómeno.  

¿Qué se puede hacer entonces para prevenir el suicidio? El doctor Enrique Aubá pide «estar atento a diferentes señales que pueden aparecer en personas de nuestro entorno», como por ejemplo «cambios en el comportamiento, mayor aislamiento o la interrupción de la comunicación». Pero sobre todo recomienda «prestar atención a las verbalizaciones de las ideas de suicidio». 

Esto es capital, pues «la realidad es que el 90 % de las personas que se suicidan han dicho previamente que querían suicidarse». Si esto sucede, hay que ayudar a esa persona a «acceder a posibles recursos de ayuda». En este sentido, conviene «desestigmatizar el que una persona pueda tener pensamientos o ideas de suicidio, para que cuando los tenga no se asuste y pueda pedir ayuda». 

Hay que procurar que esta persona «pueda ser escuchada y se dé cuenta de que no está sola, de que hay soluciones». Ello a veces pasa por «un tratamiento farmacológico, un ingreso preventivo, una ayuda psicológica o grupos de apoyo». Todo con el objetivo de «conseguir disminuir los suicidios» y difundir la idea de que «no son la solución, ya que la vida no es el problema: cuando una persona expresa el deseo de preferir estar muerto lo que busca es dejar de sufrir». Por eso subraya la importancia de recordar que «no estamos solos y a nuestro alrededor hay familiares, amigos y multitud de profesionales dispuestos a ayudarnos».