La CEE crea una oficina de recepción de denuncias de delitos de odio y ofensas por motivos religiosos

La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española ha aprobado la creación de una Oficina de recepción de denuncias de delitos de odio y ofensas por motivos religiosos, que estará coordinada por la Vicesecretaría para Asuntos Generales y la Subcomisión Episcopal para las Relaciones Interconfesionales y el Diálogo Interreligioso.

Los objetivos de esta nueva oficina, según ha anunciado el secretario general de la CEE, César García Magán, en la rueda de prensa tras la conclusión de la Permanente, serán la «promoción de la defensa de la libertad religiosa; sensibilizar y ofrecer orientaciones a las diócesis ante la vulneración de la libertad religiosa y mantener el contacto con otras confesiones religiosas y organizaciones nacionales e internacionales». Asimismo, elaborará y difundirá un «informe anual de delitos y ofensas contra los fieles católicos por motivos religiosos, mediante recopilación y registro de datos».

Entre los motivos de su creación, Magán ha reconocido que su puesta en marcha tiene que ver «con el cambio legislativo sucedido en España» que «deja de tipificar el delito de odio por motivos religiosos». Un cambio en el que ha venido trabajando en el último año el Gobierno de España dentro de las medidas de regeneración democrática que anunció Pedro Sánchez hace unos meses. El plan coincidió con la aparición de algunos artículos en los medios de comunicación que hablaban de supuestas irregularidades en personas del entorno del presidente del Ejecutivo, unas informaciones que en algunos casos dieron lugar a procesos judiciales todavía activos.

Persecución religiosa en España

Preguntado sobre si la puesta en marcha de la oficina también tiene que ver con una posible situación de persecución religiosa en España, el también obispo auxiliar de Toledo ha rechazado tajantemente esta posibilidad «por honestidad con cristianos de otros países, como Nigeria, donde hemos visto auténticos dramas».

Esta misma semana, un grupo armado perpetró una matanza contra un grupo de 200 fieles en el estado nigeriano de Benue. Se trataba de familias desplazadas que se encontraban en edificios reconvertidos en alojamientos temporales en la plaza del mercado de Yelewata, en el área de gobierno local de Guma, cerca de Makurdi. Los radicales irrumpieron gritando «¡Allahu akhbar!» («Dios es grande») y comenzaron a disparar y a acuchillar a los cristianos.

En España, salvando las distancias, «sí que hemos visto ofensas a los sentimientos religiosos y a realidades que para los católicos tienen un valor muy especial», ha dicho el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, que no ha citado en ningún momento la polémica suscitada durante las campanadas del 31 de diciembre cuando la presentadora de TVE exhibió una estampita caracterizada con la cabeza de la vaquilla del programa Grand Prix.