La nueva edición de la Biblia, dirigida a facilitar el escrute y la meditación de la Palabra también en comunidad
La BAC y la editorial San Pablo coeditan una nueva versión de la Biblia, basada en la de la CEE, en la que se ofrecen numerosos paralelos, notas y traducciones para facilitar la lectura comunitaria
Tres horas de una tarde de miércoles de septiembre hablando de la Palabra de Dios. Un buen arranque de curso, enmarcado además en un espacio universitario, el Atrio de la Universidad Francisco de Vitoria, recientemente inaugurado. Y un trípode: la scrutatio, para profundizar en el texto a través de citas y paralelos; la meditatio, para interiorizar lo leído, y la oratio, para dialogar con Dios. Este es el método que propone la Biblia Escrutad las Escrituras, coeditada por la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC) y la editorial San Pablo, para familiarizarse con la Palabra. Y que cinco de sus responsables presentaron a un nutrido público de más de 200 personas.
La nueva edición de la Palabra es el resultado de años de trabajo y un equipo de más de 50 especialistas que ha enriquecido la versión oficial de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Y, ante la pregunta evidente de «¿otra Biblia más?», la respuesta es que esta edición contiene varios extras que favorecen la lectura individual y comunitaria.

Cada libro bíblico cuenta con una introducción que lo presenta en el contexto global, «mostrando cómo un texto retoma y relee a otro», como explicó la directora del semanario Alfa y Omega, Cristina Sánchez Aguilar, moderadora del acto. También cuenta, entre otras cosas, con un nutrido número de citas paralelas en los márgenes, «lo que facilita la conexión entre el Antiguo y Nuevo Testamento». Además de notas exegéticas-históricas-arqueológicas que recuerdan que «la Palabra está encarnada en un tiempo, geografía y condición social».
El papel de los editores
El director de la BAC, Juan Carlos García Domene, encargado de iniciar la mesa redonda, recordó la primera Biblia publicada por esta editorial: «la célebre edición de Nácar Colunga, que vio la luz en 1944». A partir de ahí, varias ediciones más hasta que, en 2010, la CEE ofreció la versión oficial, «octava versión de la Biblia en la BAC». Años después San Pablo solicitó a la BAC los derechos para usar dicho texto oficial y, siguiendo una idea ya implantada en Italia, surgió la posibilidad de «coeditar esta edición, verdadera herramienta para el estudio, el conocimiento y el escrute de la Palabra de Dios».
A lo que el director de San Pablo, Rafael Espino, añadió recordando a San Gregorio Magno, que la lectura de la Biblia es un «camino de perfección» y esta cuidada propuesta «tiene como objetivo facilitar el acercamiento al Libro Sagrado por excelencia para que, mediante la lectura orante de la Palabra, la mente se ilumine y encontremos la salvación».
«La Biblia es un ser vivo, porque su destinatario son personas vivas, que estamos presentes en una sociedad cambiante, en movimiento. La Palabra de Dios está viva; el mensaje de amor apasionado de Dios a la humanidad es el mismo, pero las expresiones literarias, los esquemas sociales, las ciencias humanas y políticas están vivas», aseguró el coordinador técnico de la versión española, Pedro Ignacio Fraile, durante su intervención. Esta nueva edición «es fresca, porque tiene en cuenta todos los avances en los estudios históricos, arqueológicos y exegéticos de los últimos años».
También versión en árabe
Finalmente fue el turno de los dos directores de la obra, Giacomo Perego, de la Sociedad de San Pablo, y Francesco Voltaggio, sacerdote de la diócesis de Roma y director de la Domus Betania en Tierra Santa. Perego destacó la dimensión eclesial de esta nueva —y de cuidada estética— Biblia, pues es la de «un pueblo que camina, vive y respira. No es la Biblia del Camino, ni de San Pablo, ni de la Conferencia Episcopal. Es la Biblia del Pueblo de Dios».

Por su parte, Voltaggio puso en valor la edición en árabe publicada en España gracias a SOBICAIN, la Sociedad Bíblica Católica Internacional. «El desafío principal fue atender la sensibilidad de las Iglesias ortientales, con especial atención a los padres de la Iglesia», aseguró. El objetivo era buscar «que los cristianos de lengua árabe puedan acceder cada vez más a la Palabra, sobre todo en un contexto de conflictos y persecución». Recordando unas palabras del cardenal Pizzaballa, subrayó que «no hay evangelización sin la Palabra de Dios», y esta edición en árabe es «clave para dar a conocer a Cristo en medio de un lenguaje cargado de odio».
El proyecto, de hecho, fue solicitado en 2020 por una decena de obispos y patriarcas, y coordinado por Abuna Jean Azzam y el propio Voltaggio.