Los cónclaves pueden hacer las delicias de un director de cine - Alfa y Omega

Los cónclaves pueden hacer las delicias de un director de cine

A pesar del enorme atractivo cinematográfico de la liturgia y del interés narrativo tras la elección en secreto de uno de los hombres más importantes del mundo, pocas cintas lo han aprovechado

Juan Orellana
Anthony Quinn da vida al cardenal Kiril Lakota, luego Papa Cirilo
Anthony Quinn da vida al cardenal Kiril Lakota, luego Papa Cirilo. Foto: CNS.

El cónclave aparece representado en muy pocas películas, y solo en dos con un claro protagonismo. Y ello a pesar de que es un acontecimiento enormemente cinematográfico, en lo audiovisual y en lo argumental. Toda la liturgia propia, con sus procesiones ceremoniales, el funeral previo, el púrpura cardenalicio —perfecto para una cinta en color—, la magnificencia de la Capilla Sixtina, el «extra omnes», el canto gregoriano, las fumatas… son elementos que harían las delicias de cualquier director artístico y de fotografía de un largometraje. Pero, a nivel de guion, el atractivo no queda a la zaga, con la intriga que supone el hecho de que poco más de un centenar de personas se reúnan en secreto para elegir a uno de los hombres más importantes del planeta. La situación puede dar lugar a magníficas tramas de suspense, dramas e incluso thrillers, como es el caso de la película Cónclave. El hecho es que, como decíamos, son muy pocas las cintas que han tenido la ocasión de recrear un cónclave con todo su esplendor.

Ralph Fiennes interpreta al decano del colegio cardenalicio en 'Cónclave'
Ralph Fiennes interpreta al decano del colegio cardenalicio en Cónclave.

La más clásica es sin duda Las sandalias del pescador (Michael Anderson, 1968), una historia profética en diversos aspectos. El argumento se centra en Kiril Lakota (Anthony Quinn), un arzobispo ucraniano prisionero en un campo de trabajo soviético en Siberia que logra viajar a Roma después de ser liberado por el Primer Ministro de la Unión Soviética, que había sido su carcelero tiempo atrás. Una vez en Roma, el Papa (sir John Guilgud) le nombra cardenal. Al poco tiempo, el Pontífice muere y en el cónclave es elegido Lakota como Sucesor de Pedro. El guion se basa en la novela de Morris West, y es premonitoria porque habla de un Papa que viene de un país comunista del Este (san Juan Pablo II), y que elimina muchos de los protocolos y formalidades de la Curia (Francisco). La representación del cónclave como tal está planteada con bastante seriedad y verosimilitud, teniendo en cuenta que cuando se empieza a preparar la película acaba de concluir el Concilio Vaticano II y en todas partes se habla de los cambios en la Iglesia. Esa transición es la que quiere mostrar el filme, en el cual una mayoría de cardenales opta por romper la tradición de Papas italianos y poner al frente de la Iglesia a alguien que viene de allende el telón de acero.

Una cinta actual

Pero la producción de la que en este momento habla todo el mundo es Cónclave (Edward Berger, 2024), no solo por su reciente estreno sino por haber sido una de las favoritas de los últimos Óscar, con ocho nominaciones. En estas páginas ya dimos buena cuenta de ella, pero vamos a fijarnos ahora en su representación del acontecimiento que le da nombre como tal. Recordemos que el argumento arranca con el imprevisto fallecimiento del Papa, considerado progresista y modernizador. En cuanto empieza el cónclave surgen dos bandos entre los cardenales. Aquellos que buscan continuidad y que son liderados por el cardenal Bellini (Stanley Tucci), y los que quieren dar un giro conservador, cuyo abanderado es el cardenal Tedesco (Sergio Castellito). 

Los procedimientos que marca la normativa romana para el periodo de sede vacante están bastante bien contados en el largometraje, desde la confirmación de la muerte del Pontífice hasta los momentos de votación en la Capilla Sixtina. Se equivocan en los colores de algunos prelados y en toda la cuestión relativa a los nombramientos in pectore. La trama dedica mucho tiempo a lo que ocurre entre votaciones: conversaciones de pasillo, corrillos en los comedores. Algunos momentos fotográficos son brillantes, como la llegada a San Pedro de todos los cardenales con sus paraguas o la rotura de la vitrina en la capilla. 

Un momento del rodaje de 'Francisco: el padre Jorge'
Un momento del rodaje de Francisco: el padre Jorge.

Otro largometraje, por cierto español, en el que se recrea el cónclave que elige a Jorge Bergoglio, es Francisco: el padre Jorge (Beda Docampo, 2015), producida por Regino Moranchel. La película se centra en la vida de Bergoglio y termina precisamente cuando es elegido Papa. La Capilla Sixtina que se ve en el filme está construida en decorado y completada con croma. Al tratarse de un cónclave real, los nombres que se van citando en las votaciones se corresponden con cardenales del momento.

También hay otras producciones en las que aparecen cónclaves, como la serie The Young Pope, de Paolo Sorrentino (2016) o el largometraje Habemus Papam (Nanni Moretti, 2011). Sin embargo,  dado su carácter paródico y caricaturesco, no tienen especial valor como representación histórica.