Los médicos de Madrid que atendían gratis a los pobres y rezaban en hermandad  - Alfa y Omega

Los médicos de Madrid que atendían gratis a los pobres y rezaban en hermandad 

La Hermandad de San Cosme y San Damián reúne a todos los médicos que buscan «humanizar la práctica» de su profesión en Madrid

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Foto de familia de la Hermandad de San Cosme y San Damián
Foto de familia de la Hermandad de San Cosme y San Damián. Foto cedida por la Hermandad.

Desde hace más de cuatro siglos se tiene noticia en Madrid de la existencia de una hermandad bajo la advocación de los santos Cosme y Damián, patronos de los médicos, de los farmacéuticos y de los profesionales sanitarios. La hermandad, que ese viernes celebra en la colegiata de San Isidro una Misa a las 20 horas en honor de sus patronos, veló a lo largo de su historia por la calidad de la formación y del ejercicio profesional de los profesionales sanitarios que la constituyen. En ella se pedirá a los santos, como intercesores que son de la salud, por los enfermos y sus cuidadores para que les den la esperanza y la fuerza que necesitan.

De hecho, durante largos períodos desde el siglo XVI en adelante, era necesario ser hermano para poder ejercer profesionalmente en la ciudad. Incluso una Real Orden datada el 29 de octubre de 1915 dispone que ningún cirujano podía trabajar en Madrid sin estar incorporado a esta hermandad.

Además de ello, la hermandad creó a lo largo del siglo XIX y principios del XX dispensarios parroquiales para atender a enfermos sin posibles, una escuela de Medicina para misioneros y otra de enfermeras. La asistencia a los enfermos pobres se hacía de manera gratuita, bien en su domicilio o bien en los dispensarios. Allí también se enseñaba la profesión a médicos y enfermeras.

En 1934, en su seno se creó la Academia de Deontología de Madrid, que con el tiempo dio lugar a la elaboración de un código deontológico profesional. Cursillos, conferencias y una biblioteca especializada han formado parte también de su servicio a la capital.

Los cofrades veneran sendas reliquias de sus patronos custodiadas en el monasterio de las Descalzas Reales. Foto: Hermandad de San Cosme y San Damián.

Una presencia revitalizada

Aunque redujo su actividad en el último tercio del siglo pasado, la hermandad ha vuelto con fuerza gracias a un grupo de profesionales sanitarios, fundamentalmente médicos, farmacéuticos y enfermeras. «Decidimos recoger el testigo de nuestros antepasados y reactivar lo realizado a lo largo de los siglos, reuniendo otra vez a profesionales sanitarios, a la luz de las virtudes que profesionalmente ejercieron estos dos santos del siglo III», explica María Luz Trilla, presidenta de la hermandad.

«Solo nuestra historia sería suficiente motivo para mantener nuestra actividad», cuenta asimismo, mientras recuerda el emotivo homenaje que dieron los hermanos a los profesionales sanitarios durante la pandemia. «Pero en un mundo donde abunda la deshumanización, la pérdida de valores, el aislamiento y el distanciamiento entre el médico y el paciente, se hace imprescindible revitalizar nuestra profesión». Para ello propone «humanizar la práctica de la Medicina, que es precisamente una de las principales finalidades de la hermandad».

Lo logran «con actividades religiosas». Pero también valiéndose de la hermandad «como foro de encuentro de nuestras profesiones, con conferencias y actividades formativas sobre los temas clave queremos recuperar en esa relación médico-paciente, y devolver el sentido humano a la práctica profesional de los sanitarios».

Hermanos mártires
Cuadro de los hermanos médicos propiedad de la Hermandad

Cosme y Damián fueron dos hermanos gemelos que nacieron en Arabia en el siglo III, estudiaron Medicina en Siria y la ejercieron después en Egea, hoy Turquía. Atendían a los más pobres gratuitamente y transmitían su fe entre las personas que acudían a ellos. Vivieron en la época de las grandes persecuciones cristianas, y fueron perseguidos y decapitados alrededor del año 300.