Postulador de Carlo Acutis: «Atrae porque te obliga a hacerte preguntas»
El muchacho que este domingo se convertirá en el primer santo milenial «era un chico con las debilidades típicas de su edad» pero que «no se desanimaba» por ellas. «Donde había diversión y risas, allí estaba él». Por eso el encargado de su causa cree que la suya «es una santidad accesible a todos»
—¿Cómo se convirtió en postulador de la causa de canonización de Carlo Acutis?
—Conocía a la familia antes de que Carlo falleciera. Tengo recuerdos indirectos de él, pues su madre me hablaba de este hijo que tenía un enorme talento para la informática y que se pasaba el verano preparando paneles para una exposición sobre milagros eucarísticos.
—¿Por eso le pidieron que se convirtiera en postulador?
—Como soy periodista, primero me invitaron a escribir su biografía, que fue la primera que se publicó. Para hacerla recopilé testimonios de quienes le conocieron. Cuando más tarde concluyó la fase diocesana de la causa de canonización y se envió a Roma, me pidieron que me ocupara de seguirla.
—¿En qué consiste una causa de canonización?
—Es el proceso que el Dicasterio para las Causas de los Santos lleva a cabo en estos casos para apurar la verdad y proponer al Papa una canonización.
—Algunos estaban perplejos por que sea canonizado porque decían que no hizo nada extraordinario.
—La santidad de Carlo es una santidad ordinaria, cotidiana. No es necesario hacer cosas extraordinarias para ser santo. Es una santidad accesible a todos, indistintamente, un testimonio del Evangelio en la vida cotidiana.
—¿Cómo era su fe?
—Tenía una fe cristalina, firme, sólida como una roca. Era una fe basada en la Palabra de Dios, en la oración constante y perseverante, en la adoración eucarística, en el rezo del rosario, en la lectura de la vida de los santos. No temía nada porque sabía que Jesús, presente en la Eucaristía, estaba a su lado y respondería a todas sus peticiones.
—¿Cómo era Carlo Acutis en casa y en el colegio?
—Amaba la vida. Era alegre, simpático, abierto a todos. Donde había diversión y risas, allí estaba él. Gracias a su carácter espontáneo, era capaz de abrir un canal de comunicación con cualquiera que encontrara en su camino. Siempre estaba dispuesto a ayudar, a defender a compañeros de los que se burlaban, a intentar resolver problemas.
—¿Es verdad que ayudaba a personas sintecho?
—Le conmovían las personas sin hogar que veía tiradas en las frías calles de Milán, ante la indiferencia de muchos que pasaban a su lado sin ofrecerles ni una sonrisa. Por eso les llevaba bebidas calientes y sacos de dormir nuevos. Además, entregaba parte de su paga semanal a la Opera San Francesco, que ofrecía un plato caliente a los pobres.
—¿Cómo surgió la expresión «todo el mundo nace como un original pero muere como una fotocopia»?
—De la exigencia de no dejarse manipular ni dejarse arrollar por el pensamiento imperante en un determinado momento histórico, de defenderse de los traficantes de la muerte, que solo quieren utilizar y explotar.
—Los santos también tenían defectos y los combatían. ¿Cuáles eran las luchas de Carlo Acutis?
—Él decía que tenía debilidad por la gula. En esto intentaba mejorar y luchar para moderarse. También se esforzaba por evitar las distracciones durante la Misa y las oraciones. Era un chico normal, con las debilidades típicas de su edad, pero no se desanimaba porque sabía que Jesús estaba siempre dispuesto a apoyarle y ayudarle.
—Santidad ordinaria, pero vivió su enfermedad de una manera extraordinaria.
—Piense que en una semana la leucemia de tipo 3 le destruyó por completo. Desde que le informaron de que padecía una enfermedad grave hasta el momento de su muerte pasaron pocos días. Durante ese tiempo, se preparó para su encuentro final con Cristo y dio un testimonio claro, coherente con toda su existencia. Murió como vivió, con gran confianza en Dios y total abandono a su voluntad. Ofreció ese sufrimiento por el Papa y por la Iglesia. Fue un gesto importante para un muchacho de su edad.
—Hay muchos santos en la Iglesia. ¿Cuál es el mensaje de Carlo?
—Es un ejemplo de cómo la confianza en Dios consigue trazar un camino hacia la felicidad. Dice al mundo de hoy que la verdadera alegría solo se encuentra en la comunión con Cristo. Todo lo demás es solo un sucedáneo.
—¿Cómo es la devoción al futuro san Carlo Acutis?
—Quien busca a Carlo busca una relación más íntima con Dios. Encontrar a Carlo es experimentar lo que él hizo; es decir, vivir para el Señor. Es un testimonio de los valores del Evangelio en una sociedad donde la dignidad humana es herida y destruida. No tuvo miedo de hablar claro y presentar las enseñanzas de los Papas, incluso cuando esto le causaba hostilidad o indiferencia. Es una persona que te obliga a hacerte preguntas, a reflexionar, a revisar la propia vida a la luz de ciertos principios. Invita a mirar más allá del límite terrenal y a considerar la existencia proyectada en la eternidad.
—¿Por qué es tan popular?
—Impresiona su rostro sereno y sonriente, que revela una relación íntima con Dios. Su fama de santidad ha llegado incluso a países de mayoría no cristiana. Es un signo de su transparencia para mostrar a todos que la amistad con Cristo genera paz y felicidad. La facilidad con la que utilizó el ordenador, el smartphone e internet es también atractiva, le hace cercano y similar a los jóvenes contemporáneos.