¿Qué piensa el Papa León XIV sobre diez temas clave?
Ofrecemos a continuación algunos de los párrafos más relevantes de la entrevista del Santo Padre a Elise Ann Allen, incluida en la biografía ‘León XIV, ciudadano del mundo, misionero del siglo XXI’, que se ha publicado este jueves
Economía de la Iglesia
La gente hace muchas afirmaciones sobre la situación financiera del Vaticano. Pero no es la crisis que se le ha hecho creer a la gente. Afortunadamente, tengo un poco de conocimiento y experiencia en muchos tipos diferentes de asuntos financieros. Así que continuaremos trabajando en eso. En la reforma que Francisco inició se tomaron algunas decisiones muy importantes, las cosas ciertamente han mejorado con respecto a hace diez años, y eso tiene que continuar. Hay más cosas por hacer en ese sentido.
[…] Varias de [las] unidades financieras [de la Iglesia] están funcionando bastante bien. APSA [la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica] acaba de publicar su informe financiero de 2024 y para el año reporta un resultado positivo de más de 60 millones de euros. ¿Por qué nos lamentamos por una crisis? APSA es uno de los principales apoyos financieros de la labor de la Santa Sede.
Hay muchos empleados en esta organización, por lo que hay que pagar salarios. Hay un fondo de pensiones que debe ser analizado. No conozco ningún país del mundo que no se lamente de que «nuestro fondo de pensiones va a quebrar en 30 o en 20 años».
[…] Tenemos que aprender a trabajar juntos de manera positiva también dentro de la Santa Sede, dentro del Vaticano. Tenemos que evitar las malas decisiones que se tomaron en los últimos años. Se le dio gran publicidad a la compra de este edificio en Londres, en Sloane Avenue, y cuántos millones se perdieron por eso. Creo que ya durante el tiempo de Francisco se tomaron medidas significativas para establecer nuevos controles y equilibrios sobre cómo sería la operación financiera, cómo funcionaría. Ha habido algunas cosas muy positivas en ese sentido, por lo que los resultados se están viendo.
Gaza
No sé cuán grande ha sido [la persión] tras bambalinas en este caso, incluso por parte de Estados Unidos, que es el tercero más significativo que puede presionar a Israel. Incluso con algunas declaraciones muy claras hechas recientemente por el presidente Trump, no ha habido una respuesta clara en términos de encontrar formas efectivas de aliviar el sufrimiento de la gente en Gaza, y eso es una gran preocupación. […]
La palabra genocidio se está usando cada vez más. Oficialmente, la Santa Sede no cree que podamos hacer ninguna declaración al respecto en este momento. Hay una definición muy técnica de lo que podría ser un genocidio, pero cada vez más personas están planteando la cuestión, incluyendo dos grupos de derechos humanos en Israel que han hecho esa declaración. Es tan horrible ver las imágenes en la televisión, ojalá algo cambiara esto. Ojalá no nos volvamos insensibles, porque no puedes soportar tanto dolor.
China
A corto plazo, continuaré la política que la Santa Sede ha seguido durante algunos años. De ninguna manera pretendo ser más sabio o más experimentado que todos los que me han precedido. También estoy en un diálogo constante con varias personas chinas, en ambos lados, de algunos de los problemas que hay. Estoy tratando de obtener una comprensión más clara de cómo la Iglesia puede continuar su misión, respetando tanto la cultura como los problemas políticos que, obviamente, tienen una gran importancia, pero también respetando a un grupo significativo de católicos chinos que, durante muchos años, han vivido algún tipo de opresión o de dificultad para experimentar su fe libremente y sin elegir bandos.
Sobre la Ostpolitik, las decisiones que se han tomado [han sido] para decir de manera realista «esto es lo que podemos hacer ahora mismo, avanzando hacia el futuro». Ciertamente, lo estoy tomando en consideración, junto con otras experiencias que he tenido previamente al tratar con el pueblo chino, con el Gobierno, así como con líderes religiosos y laicos. Es una situación muy difícil. A largo plazo, no pretendo decir esto es lo que haré y lo que no haré, pero después de dos meses, ya he comenzado a tener discusiones a varios niveles sobre ese tema.
Estados Unidos
«Espero que a la larga marque una diferencia con los obispos de Estados Unidos, sin entrar en la historia reciente y en las razones que ni siquiera pretendo entender por completo, de algunas de las cosas que se han dicho sobre el episcopado en Estados Unidos y la relación entre la Iglesia y la política. El hecho de que yo sea estadounidense significa, entre otras cosas, que la gente no puede decir, como lo hicieron con Francisco, «él no entiende a Estados Unidos, simplemente no ve lo que está pasando». Creo que eso es significativo en este caso.
[…] En una de las últimas conversaciones que tuve con el vicepresidente de Estados Unidos —no he tenido conversaciones directas ni me he reunido con el presidente— hablé sobre la dignidad humana y lo importante que es para todas las personas, sin importar dónde nazcan, poder encontrar formas de respetar a los seres humanos y la forma en que los tratamos mediante las políticas y decisiones que tomamos. Obviamente, hay algunas cosas que están ocurriendo en Estados Unidos que son motivo de preocupación. Seguimos buscando formas de al menos responder y plantear algunas de las preguntas que deben hacerse.
[…] Algo que hizo Francisco hacia el final de su pontificado, que creo que fue muy significativo, es la carta que escribió sobre el trato a los inmigrantes. Me alegró mucho ver cómo los obispos estadounidenses lo asumieron, y algunos de ellos fueron lo suficientemente valientes como para seguir adelante con eso. Creo que ese enfoque, en general, es un mejor enfoque, es decir, que me relacionaría principalmente con los obispos.
[…] Si hubiera temas específicos en los que sí fuera posible comprometerme con él, no tendría ningún problema en hacerlo. Creo que hay otros que están haciendo ese papel bien, y él toma sus decisiones sobre a quién escucha y a quién no escucha. Pero para seguir planteando algunos de los temas, especialmente sobre cuestiones de dignidad humana, de promover la paz en el mundo, que a veces ha dejado claro que quiere hacer, en esos esfuerzos me gustaría apoyarlo.
IA y revolución tecnológica
Pienso que tenemos que hablar de estas cosas: en la crisis que se avecina por la tecnología, la inteligencia artificial, la fuerza laboral, el tener suficientes trabajos para la gente… Si automatizamos el mundo entero y solo unas pocas personas tienen los medios no solo para sobrevivir, sino para vivir bien, para tener una vida significativa, hay un gran problema, es un enorme problema que se avecina. Esa fue una de las cuestiones que tuve en mente al elegir el nombre de León, en cuanto a las cosas que están ocurriendo hoy y los desafíos que tenemos por delante.
Polarización en la Iglesia
Si caemos en la ideología, ya no estamos hablando de la verdadera esencia, de los valores. Nos encerramos en algo que, como ideología, se apodera del verdadero significado. La ideología quiere usar al Evangelio en lugar de que sea el Evangelio en lo que debamos centrarnos. Puede estar en ambos lados, o en muchos lados, en cuanto a la interpretación que alguien da, si no están dispuestos a volver a entender su mensaje auténtico.
Mujer en la Iglesia
Para la mayoría de la gente, ciertamente está la comprensión de que el papel de la mujer en la Iglesia tiene que seguir desarrollándose. Creo que en ese sentido hubo una respuesta positiva. Espero seguir los pasos de Francisco, incluyendo la designación de mujeres en algunos roles de liderazgo, en diferentes niveles, en la vida de la Iglesia, reconociendo sus dones y su contribución a la Iglesia de muchas maneras.
La cuestión se convierte en un tema polémico cuando se hace la pregunta específica sobre la ordenación. El sínodo había hablado específicamente de la ordenación, quizá, de mujeres diaconisas, que ha sido una cuestión que se ha estudiado durante muchos años. Ha habido diferentes comisiones nombradas por diferentes Papas para decir: ¿qué podemos hacer al respecto? Creo que seguirá siendo un problema. Yo, por el momento, no tengo la intención de cambiar la enseñanza de la Iglesia sobre el tema. Creo que hay algunas preguntas previas que deben hacerse.
[…] ¿Por qué hablaríamos de ordenar a mujeres al diaconado si este en sí mismo aún no se entiende correctamente y no se ha desarrollado y promovido adecuadamente dentro de la Iglesia? […] ¿Querríamos simplemente invitar a las mujeres a clericalizarse, y qué ha resuelto eso realmente?
Cuestión LGBTQ+
No tengo un plan en este momento. Ya me han preguntado un par de veces sobre eso durante estos primeros dos meses, sobre el tema LGBT. Recuerdo algo que un cardenal de la parte oriental del mundo me dijo antes de ser Papa, sobre que «el mundo occidental está obsesionado con la sexualidad». Para algunas personas, la identidad de una persona implica solo la identidad sexual, y para muchas personas, en otras partes del mundo, ese no es un tema principal en términos de cómo debemos tratarnos unos a otros. Confieso que eso está en el fondo de mi mente, porque, como hemos visto en el Sínodo, cualquier tema relacionado con las cuestiones LGBTQ es altamente polarizador dentro de la Iglesia. Por ahora, debido a lo que ya he intentado demostrar y vivir en términos de mi comprensión de ser Papa en este momento de la historia, estoy tratando de no seguir promoviendo la polarización en la Iglesia.
[…] Todos están invitados a entrar en la Iglesia, pero no invito a una persona porque sea o no de una identidad específica. Invito a una persona porque es un hijo o una hija de Dios. Todos son bienvenidos y vamos a conocernos y a respetarnos. La gente quiere que la doctrina de la Iglesia cambie, quiere que las actitudes cambien. Creo que tenemos que cambiar las actitudes, antes incluso de pensar en cambiar lo que la Iglesia dice sobre cualquier pregunta dada. Me parece muy improbable, ciertamente en un futuro cercano, que la doctrina de la Iglesia cambie en términos de lo que enseña sobre la sexualidad y el matrimonio.
Reforma de la Curia
Uno de los aspectos específicos en los que espero empezar a trabajar en un futuro muy cercano es continuar rompiendo o transformando la manera aislada en que trabaja cada dicasterio. Hay muchos asuntos en la Santa Sede, en la Iglesia, que no son de la incumbencia de un solo dicasterio. La falta de diálogo, de instrumentos de comunicación, entre los diferentes dicasterios ha sido a veces una gran limitación y un daño para el gobierno de la Iglesia.
Recuerdo que, en mis dos años [en el dicasterio], llamábamos a los prefectos de un par de dicasterios diferentes, «vengan, queremos hablar de esto o aquello», y ya lo estábamos haciendo. Pero recuerdo que alguien que ha estado aquí durante años me dijo: «Nunca tuve una reunión con otro dicasterio en 20 años», o algo así. Pensé: «Estás bromeando».
Abusos
Ciertamente, hay algunos problemas graves, en cuanto a la protección de menores y cómo responder a la crisis. Creo que esta es una crisis real —la otra, no tanto, las finanzas—, que la Iglesia tiene que seguir abordando, porque no está resuelta. Esto seguirá tomando tiempo, porque las víctimas deben ser tratadas con gran respeto y con la comprensión de que aquellos que han sufrido heridas muy profundas a causa de los abusos a veces llevan esas heridas durante toda su vida. Sería ingenuo por mi parte, o por parte de cualquiera, pensar que [basta] mientras les demos algún tipo de compensación financiera, o nos ocupemos de la causa y el sacerdote sea despedido, como si esas heridas simplemente fueran a desaparecer por eso.
En primer lugar, se necesita una sensibilidad y una compasión auténticas y profundas hacia el dolor y el sufrimiento que la gente ha padecido a manos de los ministros de la Iglesia, ya sean sacerdotes, obispos, laicos, religiosos, hombres o mujeres, catequistas, etcétera. Ese es un problema que nos acompaña, y creo que debe ser tratado con un profundo respeto.
Al mismo tiempo, uno de los factores que complican esto, y sobre el que la gente empieza a manifestarse cada vez más, tiene que ver con que los acusados también tienen derechos, y muchos de ellos creen que no se han respetado. Las estadísticas muestran que más del 90 % de las personas que se presentan y hacen acusaciones son víctimas auténticas. Dicen la verdad. No se lo están inventando. Pero también ha habido casos probados de algún tipo de falsa acusación. Ha habido sacerdotes cuyas vidas han sido destruidas por ello. La ley existe, y podemos hablar de la ley civil o de la ley de la Iglesia, pero la ley existe para proteger los derechos de todas las personas.
Muchos procesos que llegan a los tribunales tardan años y años, y eso es un hecho. El hecho de que la víctima se presente y haga una acusación y que la acusación sea presumiblemente precisa, no elimina la presunción de inocencia. Así que los sacerdotes también tienen que ser protegidos, o la persona acusada tiene que ser protegida, sus derechos tienen que ser respetados. Pero siquiera decir eso a veces es causa de un mayor dolor para las víctimas. De modo que estamos en una especie de aprieto ahí.