Se venden por un un poco de cariño y atención
Aquí hay un problema de fondo que, de no atajarse, provocará una herida profunda en miles de personas
Nuestra tribuna de esta semana, del profesor José Luis García, es estremecedora. Una noticia al hilo de su afirmación, que de Instagram a la plataforma OnlyFans hay solo un paso, también ha sido de las más leídas en nuestro semanario durante varios días. Subyace la preocupación real de los padres por lo que el acceso a los móviles y a las redes sociales no solo puede provocar, en futurible, sino que provoca, en presente, en sus hijos. «Las redes sociales venden la idea de la satisfacción virtual de sentirse querido y reconocido, lo que acaba provocando frustraciones, sufrimientos y trastornos en su salud mental. Los likes no tienen nada que ver con un “te quiero” sentido o un abrazo real de amigo», asegura el doctor en Psicología. Estamos cada vez más en alerta por la adicción a las pantallas, pero quizá la repercusión real en la salud mental todavía es una batalla que lidiar. Y no solo es una cuestión psicológica: advierte el experto que una foto enseñando hombro aumenta la atención; hay una delgada línea que se cruza con facilidad para acabar enseñando partes más íntimas a cambio de atención y, además, dinero.
Aquí hay un problema de fondo que, de no atajarse, provocará una herida profunda en miles de personas, como dato principal y más importante, y una herida social, como dato más amplificado, más pronto que tarde en estas generaciones cabeza de turco de las grandes empresas que juegan con el sentimentalismo para amasar fortunas. Un problema que hunde sus raíces en la necesidad de amor real de tantos jóvenes, presas de unos padres muchas veces esclavizados por el trabajo o por sus propios deseos y necesidades; un problema de chicos que creen que todo se puede comprar, hasta la piel y la intimidad de una niña; un problema de chicas, que desean tanto ser queridas y alabadas que venden sin pudor, poco a poco y a centímetros, la belleza de su ser. Porque con el pecho va la dignidad.